¡Eso es todo amigos!

Visitante nº:

25 abr 2010

Juntos, como siempre.

Puso las manos sobre sus piernas. Y dijo:
- ¿Cómo es posible? ¿que no me quiera?. ¡A mí!, que he dado mi vida por él, cada segundo de mi tiempo, cada latido de mi corazón, cada instante, cada palabra, cada susurro...
- Porque estas cosas pasan, porque el amor no se encuentra así como así. Porque por mucho que des, si no recibes, el esfuerzo te habrá sido en vano. Y te darás cuenta, pero será demasiado tarde para hechar la toalla y librarte de todo el mal causado en tí..
- Y que crees, ¿que no lo sé?. No seas hipócrita, las dos sabemos que no va a querer a nadie, NUNCA. Y yo no podía cambiar esa idea en él. Porque aunque le diera lo que él quería, él se mostraba reacio al final.
- Cuéntame, ¿cómo te distes cuenta de todo esto?
- Todo ocurrió hace una semana.. Había discutido con mi mejor amiga y estaba histérica, rabiosa. Le llamé para que viniera, y sentir su presencia a mi lado. A los pocos minutos estaba allí, plantado en mi portal, llamando a mi telefonillo. Le abrí, y se abalanzó sobre mí, dándome mil y un besos largos, y con lujuria, la verdad. No sabía que estaba haciendo, le aparté y le dije:
- ¿Que demonios estás haciendo Raúl?
- Tengo ganas de tí, de tu piel, dame lo que quiero. Ahora.
No sabía ni el por qué, ni desde cuando había adoptado ese carácter. Lo que si sabía, era que yo esa noche quería que se quedara conmigo, relajarme, ver el amanecer con él a lo mejor..
- ¿Qué?. Cielos Raúl, ¿estás borracho?
- No. ¿Hay algo de malo en tener ganas de tí?
- Para nada.. pero, me resulta extraño que me hables así.
- Te hablo como me dá la gana!. Sí te digo que quiero hacer el amor contigo, tú asientes, y punto.
- ¡Basta!. No tienes ningún derecho a hacerme esto.
- Tienes razón.. lo siento, lo siento.
Quizás fuí yo, que hize algo mal. O quizá era el hecho de que era demasiado buena para él.
- Mira.. será mejor que esta noche no la pasemos juntos.
- Vale, como quieras..
- Mañana nos vemos en el trabajo. Buenas noches.
- Buenas.. noches.
Y se fué, ví como se alejaba por el pasillo y cojía el ascensor. Me tumbé, y dediqué unos segundos de mi tiempo a pensar que sería de mí sin él. Y la verdad, no pude ni llegarlo a pensar. ¿Y sabes por qué?. Porque aunque sea como es, le quiero. Y si no me quiere.. no puedo hacer nada. Pero nadie va a quitarme de la cabeza, todo lo que le he querido. Él, él es esa llave. La que abre y cierra las barreras.

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